Las células madre hematopoyéticas solo suponen el 1% de las células que hay en la médula ósea y en función de los diferentes estímulos que reciben se dividen más o menos rápidamente para producir células de la sangre. Las células madre son casi inagotables, a no ser que se dañen por un agente externo, como una infección o una sustancia tóxica o por una enfermedad. Esta propiedad permite que se puedan extraer de una persona células madre para un trasplante de médula ósea sin que se afecte su capacidad de producir sangre en el futuro. Por cada célula madre que se divide en dos, una queda como otra célula madre y la otra pasa a madurar y dividirse muchas veces más para convertirse tras varios días en multitud de células de la sangre. En la médula ósea las células en producción están en contacto con otros tipos de células que les proporcionan nutrientes y estímulos para finalizar su crecimiento. A continuación se explica la función de cada una de ellas.
2.1. ¿Qué es la médula ósea?
La médula ósea es un tipo de tejido que se encuentra en la parte del interior de los huesos. Puede ser de dos clases: roja y amarilla. En la médula ósea roja se fabrican las células de la sangre. Este proceso de fabricación se denomina hematopoyesis. La médula amarilla se compone de grasa y no participa en la formación de la sangre. Durante la niñez, la mayor parte de los huesos contienen médula roja, que es funcionalmente activa, pero con el paso de los años, en los huesos largos y grandes se convierte en amarilla, aunque puede volverse a convertir en médula roja si fuese necesario. La médula ósea roja en los adultos está ubicada en las costillas, el esternón, la columna vertebral, el cráneo, las escápulas y la pelvis. La médula ósea roja, en adelante médula ósea, contiene las células madre hematopoyéticas que son las células de las que se originan las células de las que se originan los tres tipos de células sanguíneas:
- Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos: son las encargadas de llevar el oxígeno a todas las células del cuerpo humano.
- Los leucocitos o glóbulos blancos: nos defienden de las infecciones y recogen restos celulares y desechos de los tejidos.
- Las plaquetas: evitan las hemorragias formando un coágulo de sangre, cuando existe una herida en un vaso sanguíneo.
La médula ósea normal contiene un pequeño número de células madre hematopoyéticas y un gran número de células que están madurando para dar lugar a los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, además de otras células de sostén y muchos vasos sanguíneos.
La médula ósea es, por tanto, la responsable de mantener el número normal de los tres tipos de células sanguíneas, sustituyendo las que se eliminan tras su muerte natural por las que produce cada día. Si se necesitara aumentar el número de células sanguíneas, por cualquier motivo, la médula ósea se estimula y las forma con rapidez. Por ejemplo, cuando hay una infección la médula aumenta la formación de glóbulos blancos para combatirla, y su número en sangre aumenta con rapidez; o cuando hay una hemorragia aumenta la producción de glóbulos rojos para recuperar los niveles perdidos.
Warning: in_array() expects parameter 2 to be array, null given in /srv/vhost/aeal.es/home/html/dialmc2013/wp-content/plugins/helix/helix.php on line 872